Con «la Noche en Blanco», haciendo que esta noche la ciudad Lagunera esté más «blanca» que de costumbre, abierto desde media mañana y hasta que el cuerpo aguante. Abierta casi veinticuatro horas a todos y para todo; vecinos y visitantes. Tiempo donde no sólo los comercios estarán abiertos, sino que además, habrá multitud de actividades, tanto para pequeños como para grandes.
Una noche en blanco que convertirá a La Laguna en el centro de todas las miradas. Se volcarán en ella como el centro de todos los juegos, obras de teatro, exposiciones, musicales, gastronomía, juegos tradicionales, etcétera, etcétera, así sin olvidar y como el principio de la iniciativa, lo hacen el poder ir de compras propias; también de ventorrillos y casetas las cuales estarán todo el día abiertos, con el fin de vender sus productos y recaudar unas perritas para sus asociaciones, grupos, etcétera.
Una manera más de hacer que el embrujo de la noche contagie a todos cuantos salgan a vivir la noche blanca lagunera, unas solidarias y otras personales, más participación y relaciones entre unos y otros.
Cuando ahora, pasados unos años escuchaba hablar sobre una noche blanca, de la que entonces no tenía ni la más mínima idea de qué se trataba, y mucho menos si era algo que la gente acogería de buen agrado, ha sido de forma paulatina a la blanquecidas de la noche, donde se ha querido fomentar la posibilidad de interactuar y relacionares con los demás. Lo sano de la fiesta han logrado de forma generalizada que éste día se haya ido haciendo un hueco importante, año a año entre muchos municipios y ciudades.
Lo que comenzó con no ciertas críticas, ahora es todo un reclamo, más con las proximidades de fechas festivas.
La gente no sólo la ha cogido de buenas maneras, sino que para muchos, estas ocasiones deberían darse más a menudo
Sin haberlas vivido en primera persona más que por lo visto y leído en prensa, no me extraña esta petición masiva, lo encantado que esta todo el mundo. La flexibilidad y el ambiente que da las horas de la noche, de las que me parecen ser unas horas provechosas más que una oportunidad para quienes trabajan, o bien por razones variadas no pueden en el día hacer un uso amplio de la jornada, pudiendo si dedicarlo con esta jornada festiva a sus compras, y actividades.
Sin duda una noche blanca no sólo para ir de compras, y de disfrute, sino para pasear y disfrutar bajo la luna de una noche lagunera, contemplando como las gentes van de un sitio a otro, como muchas familias aprovechan para salir con sus familias, los chiquillos danzan por las calles como si fuera media tarde, y cómo todo el mundo hace de la noche, el día, la mañana soleada, al son de la luna. Una noche blanca Lagunera.
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