Sucederá… Aún esperando, callados… Sucederá…

//Sucederá… Aún esperando, callados… Sucederá…

Sucederá… Aún esperando, callados… Sucederá…

Podemos pensar en lo que sucederá, o en el riesgo que corremos si mostramos nuestros sentimientos, miedos, preocupaciones, si nos ponemos en plena acción, si reímos… ¿Para qué quedarnos esperando a que el peligro pase, o que nos juzguen por algo que nos pide nuestro corazón, sin ni siquiera nos hemos arriesgado lo más mínimo en explorar, ni meternos hacer nada que resulte si quiera peligroso, o arriesgado?…
Inevitablemente, sucederá lo que deba suceder; Por lo que no arriesgar en cada aspecto de la vida es un riesgo que podemos libremente decidir correr o no, sin embargo, ser arriesgado, sin sobrepasar los límites de la seguridad, y el respeto por los demás, con el respeto adecuado, exponiéndonos a los sentimientos y siendo arriesgados expresándolos en libertad, tendrá un resultado sorprendente y nada por lo que debamos escondernos.
Callarnos siempre, por defecto y manía. Dejar de lado los deseos por pensar que no son justos, o por si alguien los juzga… Sentimientos propios, que casi adrede sufren dentro de nosotros, por el hecho de no arriesgar, inducidos por ése infiel miedo en que resulten ser un peligro; un mal entendido, o sencillamente que alguien crea que resultan violentos, estos que expresamos… Un ataque de nuestra melancolía por el que creemos que no puede sucedernos por ser un peligro, y lo evitamos. Sin sentido alguno. Reprimimos nuestra libertad, y esas emociones puras, evitando un juicio de un prejuicio…

Queriendo que no suceda, suceden… Inevitablemente, nuestros pensamientos se nos van y no podemos oprimir ni reprimir a que desde nuestro corazón, o nuestros pensamientos se revelen a ese miedo por correr un violento peligro que atañe a esa melancolía que también tenemos derecho a que suceda. No hay un corazón, ni un ser humano perfecto, menos existe, aquel que no tenga una emoción.

Sin callar, por defecto o manía… Por qué no correr el riesgo de que nos quieran, nos acompañen, nos entiendan… Más peligroso es estar en silencio callando, pensando en qué sucederá. Una incertidumbre que induce a una inquietud e inseguridad innecesaria por no expresar lo que quiere expresar el alma. Y lo mejor de todo; evitable se expresará.

 

By | 2017-06-19T19:26:05+01:00 febrero 6th, 2014|Opinión bloguera|0 Comments

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