Me haces tantas preguntas de la vida, que otras tantas veces te expreso lo que siento, y lo que sin duda tú también responderías.
Me preguntas: ¿Cuál es el día más hermoso? te respondo: —¡Hoy!—. Vuelves a preguntar: —¿Cuál es la cosa más fácil que puede suceder?—. Sin titubeos te alego: —¡Equivocarse!— y —¿Cuál es para ti el regalo más maravilloso?—. Me reitero en mi pensamiento: —¡La vida en su totalidad!—
Constantemente te insisto en que no detengas tanto el tiempo en mirar para a detrás. No erradiques de tu mente aquello que anhelas realizar: Canta, pinta, planta tomates, lechugas, o porqué no zanahorias en tu huerto. También puedes meditar, ir de compras sola o acompañada, entra a los fogones sin miedos e inventa recetas, anda a tomarte un café con tus amigos, o porqué no date un paseo por el parque de tu pueblo o la calle de tu barrio. No esperes a que nadie te invite y cuestiónate todo lo que tú también puedes hacer sin esperar la llamada de los demás. Fascínate de cuantas cosas puedes acertar a responder tú sólo con tu propia experiencia si sales de tu mundo a hacer de la vida, una experiencia única.
No des ningún tipo de oportunidad a la desidia o incluso a la desdicha para poner en práctica aquellas cosas sueñas en el día de mañana ¿Quién sabe la respuesta que deparará más tarde la vida para ti? Disfruta del día más hermoso, intenta no caer en lo fácil, y no olvides que la vida no es un juego. Pregunta, y también responde a la vida entusiasmado y alegre. En realidad en ocasiones puedes perder pero en la totalidad de tu existencia siempre sales victorioso.
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