Me pediste con entusiasmo que le echara con cierto disimulo una pizca de amor a mi corazón que se haya afligido, y ahora, una vez que han transcurrido quince minutos desde que cumpliera tu voluntad, el crecimiento de mi estado de ánimo ha fermentado hasta límites tan extraordinarios que en esta ocasión soy yo, quien te manifiesta sin pudor mi deseo de compartir este acontecimiento de afecto sólo contigo; agarrados fuertemente uno del otro, del mismo modo que la levadura se aferra a la harina, y fermenta misteriosamente.
Leave A Comment