Mirando ahora para atrás: 2020

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Mirando ahora para atrás: 2020

Si bien por lo general, los días de este mes donde el año acaba son cortos y pasan rápidos, las noches son largas y oscuras, además el frío y la lluvia invitan a quedarme en casa más de lo habitual; recuerdo a diciembre de 2019 con algarabía y, donde todo el mundo me revelaba:

—«Prepárate, ¡2020 es el año que lo va a cambiar todo!»

Efectivamente, lo ha sido. ¡Vaya año más intenso! Es evidente que la vida tiene su propio objetivo, y que yo soy un sencillo peón dentro de este plan.

Mirando ahora para atrás vuelvo a darme cuenta de lo pequeña y de lo vulnerable que soy. No dispongo de ninguna capacidad extraordinaria para controlar nada de aquello que sucede.

Siendo sincera, este año no lo he pasado vitalmente muy bien, pero, aun así, no cierro el año resentida. En el ámbito más personal y hasta en el espacio afectivo manifiesto con convicción que, durante este tiempo han existido pequeñas cosas y cambios, con lo cual, 2020 deja para siempre marcado en mi alma un recuerdo amable, además de entrañable.

Marzo fue un mes complicado, porque el hecho de permanecer confinada en casa, me hizo retroceder de un porrazo y, por ende, volví a experimentar las sensaciones más inverosímiles de la etapa más complicada de mi vida: los más de dieciocho años de encierro en casa y de aislamiento social.

Ha transcurrido casi todo un año. Sin embargo, me parece que fue ayer cuando empecé a construir a tu lado y otros días en solitario el 2020.

Pienso en cómo afronté el año: las cosas que hice, y también aquellas que me quedan pendientes. Hago balance de las situaciones que me agradaron y de cuantos instantes lo he pasado mal. Calculo lo que sumó y lo que restó el año en mi existencia, pero, de igual modo, recuento lo que yo también sumo y resto a mi vida y también a la vida de la gente que estimo.

A veces me he peleado con el tiempo porque me parece que va demasiado apurado al hacer que algunas de las personas que más he amado y amo, ya no están a mi lado, pero después nos reconciliamos. Recapacito y pienso; quizás siempre la responsabilidad no sea al cien por cien del tiempo, sino que soy yo quien de una manera continuada no pongo toda mi atención en las cosas que suceden cerca de mí, y acabo perdiendo por el camino aquellos momentos que pudimos vivir, y los cuales, sin embargo, esperaban a qué fuera el tiempo propicio.

Mirando ahora para atrás considero que este 2020 me trajo historias increíbles, así también, personas extraordinarias. Durante el año he padecido algunas crisis existenciales, al fin y al cabo, dudas de la vida en general. Ha habido momentos de profundas risas y otras veces de llantos que me asfixiaban. Este ciclo que está a punto de concluir me ha vuelto a dar la posibilidad de sentir emociones de verdad, y hasta el final; sin moderación ni cláusulas.

Mirando ahora para atrás me conmuevo al poner el rostro, los gestos e inclusive el sonido de las voces de las personas tan hermosas de quienes me he cruzado en su camino, y que ahora, unidas por una generosa relación de afecto recorremos este sendero unidas fuerte de la mano.

Me pregunto qué haría hoy si no estuvieras a mi lado. Ha resultado tan bonito encontrarte en este inhóspito camino que he recorrido estos doce meses que hoy finaliza, que no soy capaz de visualizar el camino sin tu compañía. Tú, sí, tú, amigo, ya eres parte de mi alma y de mi vida, así como mi corazón también ambiciona ser un trocito de la tuya. No sé muy bien expresar en qué momento se produce cuando conectas de verdad con otra persona y sientes que la conoces de toda la vida, o que, de igual modo, esa relación será hasta la eternidad, pero, sin lugar a dudas, lo que sí puedo decir, es que me haces tanto bien que no quiero que te vayas.

Mirando ahora para atrás me conmuevo al pensar que, sin duda, mi familia, y mis amigos son quienes aportan este inmenso gozo a cuantos momentos experimento. Es tan lindo que la vida, el destino, y también las circunstancias en gran número de las adversidades nos vayan uniendo a medida que caminamos, que, si para llegar a este punto del camino he tenido que atravesar por sendas a muerte o a vida, ¡ha valido la pena el trayecto!

Mirando ahora para atrás me conmuevo mucho cuando hecho tanto de menos a mi persona más importante, y mi favorita. Tú sabes que es a ti. Te amo. Te amo… Sé que estás presente en todos y cada uno de los instantes que he vivido durante este 2020 Incluso ahora, me miras y me dices:

—«alegra esa cara… Vaya y disfrute…»

En ningún tiempo me has dejado un solo segundo en soledad, y sé que de ningún modo lo harás. Todo cuanto al presente vivo sin límites, es todo lo que tú me enseñaste a vivir sin barreras.

Mirando ahora para atrás me conmuevo mucho por aquello que he vivido. Veo lo importante que fue para mí cumplir mi deseo de adentrarme de nuevo en el deporte, e iniciarme por tanto en el mundo de la natación; una disciplina deportiva, la cual nunca había practicado como tal, y que ahora hago inmersión en ella.

Necesito estar en el agua todo el tiempo que dispongo para ello. Me resulta imposible cuantificar la libertad que siento. Soy un elemento. Soy líquido; igual que una gota de agua en medio del enorme océano.

Recuerdo diciembre de 2019. De nuevo, igual que hago cada año, en las últimas horas del 2020, repito el hecho de hacer un balance de lo que ha supuesto para mi crecimiento personal, y a su vez para mi desarrollo afectivo. Me preparo para iniciar el 2021 con la necesidad de sentir como hace un tiempo atrás emociones de verdad, hasta el final.

Aun cuando en ocasiones me pelee con el tiempo, he decidido que lo voy amar. Mi único propósito, es valorar a la gente que no está como si estuviera pegadita a mí, y a quienes están presentes, les voy a repetir hasta el infinito que, sin ellos, la vida, mi vida, no es igual.

Mirando ahora para atrás con toda la nostalgia y lo sensible que estoy, necesito darte las GRACIAS a ti, sí, a ti. Tú ya sabes que es a ti a quien mi alma le hace falta darte las gracias por haberme permitido compartir mi vida contigo.

¡GRACIAS, porque, si bien no lo merezco, me haces meritoria de tu afecto más franco!

A pesar que en 2020 me preparé yo, y los días han resultado cortos y han concluido rápidos, las noches se me han hecho largas y sin luz, el frío y la lluvia se colaron en más de una ocasión en mi interior generando un profundo escalofrío capaz de helar a mis cinco sentidos, ahora, prepárate 2021 ¡Saldré a por ti! ¡Voy amar a cada segundo, despacio, con el calor de estrechar tu pecho con el mío con la máxima intensidad!

Mirando ahora para atrás del 2020, ¡espero con algarabía y deseos de permanecer con vida y andar unidos fuerte de la mano hasta el fin de los tiempos, donde de nuevo en diciembre de 2021 eche la vista atrás con ternura y júbilo!

By | 2020-12-31T09:26:10+00:00 diciembre 31st, 2020|Personal|2 Comments

2 Comments

  1. Pablo Portabella 8 enero, 2021 at 13:46

    De donde sale querida Arancha esta positividad?…sin duda es una Gracia con mayúscula.

  2. Arancha García 8 enero, 2021 at 15:38

    Querido amigo Pablo, sé de dónde sale, pero también puedo decirte que no lo sé 😉
    Tengo la suerte de tanto amor desde la eternidad que estoy convencida tanta energía buena no procede ni nace en mi.

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