Una de las misiones que tiene la vida es la de ponernos a prueba a cada instante. Cuando me hace valorar lo que realmente es importante de verdad, más me doy cuenta que no es sencillo cuidar de algo tan frágil como la amistad.
Es una prueba dolorosa, pero también la más hermosa que existe.
En el trayecto de mi vida me he cruzado con muchas personas, algunas aparecen en las fotografías de mi niñez, otras en la de mi adolescencia, e incluso hay con quien he vivido momentos muy intensos que no tuvimos ni tan siquiera tiempo para mirar al pajarito mientras silbaba y salíamos en la foto. Pero, en la vida pensé cruzarme con una persona como tú.
Eres esa persona que logra sacarme una sonrisa porque estás a mi lado en el momento indicado compartiendo mi dolor, y no dejando que me hunda en él.
Eres esa persona que me pone muy fácil el hecho de que pueda manifestar con acciones la mejor versión de mí misma, porque siempre crees en mí, hasta cuando yo he dejado de hacerlo.
Eres esa persona que no le da importancia a mi carácter terco, ni tampoco te recreas en las mil taras con las que vengo de fábrica, así como en los errores que he cometido.
Eres esa persona que a pesar de las amarguras y de los tristes episodios con los cuales la vida ha salido a mi encuentro, sigues con tu aliento animándome a seguir.
Eres esa persona con la que sé que puedo sufrir mucho, e inclusive llorar mucho más.
Eres esa persona con la que respiro, y me tomo el tiempo para que la calma alcance a mi alma. Es entonces cuando me hablas y comprendo que esa vivencia dejó además de una gran experiencia, una enorme lección para los demás días de mi existencia.
Eres esa persona, a la cual le confío un asunto importante, e incluso le pido un consejo.
Eres esa persona que siempre acepta mi llamada o un mensaje si estoy mal por algún motivo que me rasga el alma, y este cuerpo averiado que aunque digo de broma que esta lisiado, a ti no te agrada.
Eres esa persona a quien cuando te veo quiero abrazar.
En las buenas y en las malas, eres esa persona importante para mí: mi amiga.
La amistad es complicada, pero también maravillosa, porque tú eres esa persona que encontré en el camino, y eres alguien con quien sé que puedo contar, sin importar lo que pase.
Es a la vida a quien agradezco profundamente que nos haya cruzado en el camino de este mundo, y nos una hasta el final; pase lo que pase, porque por el solo hecho de que nos hayamos cruzado en este tramo del trayecto me hace feliz.
Porque voy a dedicar mi mejor versión para cuidarte, y pondré todo mi empeño y testaruda para ofrecerte todo el afecto que guardé bajo la llamé de mi alma para cuando se produjera, si así llegaba un momento tan extraordinario como este.
En las buenas y en las malas, eres esa amiga, de quien yo soy amiga.
A partir de este momento construiré el lugar del tiempo donde guardaré en las buenas y en las malas este sentimiento que me llevaré puesto hasta el fin de mi existencia.
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