El frío me cala hasta los huesos. El sol parece que se ha quedado dormido. Sin embargo, siento que de algún sitio vienen los rayitos de luz, y el calor que me calienta el cuerpo, y el corazón.
Las emociones no se han dormido, y mientras miro embelesada lo que acontece a mí alrededor, pienso en las veces que el frío ha calado en mi interior, y compruebo emocionada esas otras muchas veces en las que mi corazón se había dormido sin querer, mientras con esos rayitos de sol que me alcanzan, vuelvo a despertar.
No quiero que la razón me hable sólo de lo que es razonable, que los sentimientos se vean coartados por la sensación del ridículo que puedan manifestar los demás, o perder el calor de la ilusión para seguir teniendo ilusión… Vida, necesito que tu presencia me cale hasta los huesos.
Sólo necesito sentir éste rayito de luz que me calienta el cuerpo y el corazón hasta el punto de reanimarme, logrando que vuelva a sentir a mis emociones calarme hasta el espacio más profundo de mi corazón.
Vida, no sé bien qué pudo pasar, a pesar de no haber sido fácil, vuelvo a sentir tu calor, y despierto viva; vida, me has vuelto a calar hasta los huesos.
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