Bendita la luz que hubo al alba. Bendita la luz que sentí en éste amanecer que siempre quise ver y espero poder seguir contemplando por siempre. Bendita tu presencia cuando la luz del día te pone presente, y me permite encontrarte e ir de la mano contigo; juntos en éste camino que nos lleva algún lugar grandioso, en el que contigo, más que andar me siento volar, sosteniéndome el mismo aire que acaricia la cara al andar.
Bendita sea la luz del alba en las estrellas que se vuelven gloriosamente presencia en ti, y que junto al medio de la luna la contemplo y me vuelve a permitir volver a encontrarte en éste punto del camino. Sin soltarte la mano, cuando parecía que el aire me alejaba de ti, te siento muy cerca, te veo brillante, resplandeciente, con una luz que me llena el alma y me sigue sosteniendo como el mismo aire en medio del camino; tu sonrisa, tu cariño, tu sencillez, tu sosiego, tu libertad, tu honestidad, tu esencia me hacen sentir que soy poseedora de la mayor bendición del mundo mundial.
Bendita la vida por permitirme seguir aferrándome a tu bendita presencia por la que deseo seguir con todas las últimas consecuencias hasta el final del camino para allí ver el brillo, y lo grandioso de este lugar donde el vuelo toma altura, y donde todo vuelve a empezar; porque la vida es una bendición, y porque si estoy en tu compañía siento la mayor bendición que nadie en todo el mundo mundial puede recibir, y eso sí es algo grandioso cuando lo siento dentro de mi alma.
Leave A Comment