Aspiro el aire de los pulmones que es en gran medida lo que me sustenta con vida, al mismo tiempo que me muestro agradecida porque hoy de nuevo sale el sol al encuentro con la vida, y yo, me hallo muy próxima a él, e incluso más cerca de ti de lo que he estado nunca. Habito en este mundo tan agradecida por la capacidad que me ha dado para escuchar lamentos y transformarlos en alegrías que solamente cabe en mí el deseo más profundo de darle continuidad a cada uno de los gestos, de los sabores, y también de los olores que vibran despiertos cada día en mis cinco sentidos esperando a descubrir nuevas experiencias.
Casi no atino a contar el número de acontecimientos por los cuales estoy tan agradecida a la vida, cuando ahora te achucho y comparto contigo un tiempo de mi existencia adquiero con mayor consciencia que la vida, diga lo que diga la gente en la calle, es un regalo que se me ofrece, a la cual, yo solamente he de cuidar con mimo, también gozar con ilusión, y por supuesto, compartirla con los demás desde la mayor generosidad de la que soy capaz de dar.
La percepción que recibo cada día de las situaciones que vivo contigo alcanza hasta tal punto a mi alma que solamente me nutro de extraordinarios argumentos vitales que con posterioridad los escribo a mano con idéntica vivacidad.
Son tantos los instantes con los que me siento en deuda con la vida al mismo tiempo que con tu afecto incondicional, que hoy mi corazón vuelve a latir a pleno pulmón, y yo, a tu lado, vuelvo a respirar de pasión; amor.
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