¡31 de diciembre! Acaba un año. ¡365 días que vuelven al punto de partida! Un tiempo nuevo. Pareces un torbellino a tan solo unas horas para que concluya este año 2.015, y comparezca el año 2.016. Subes y bajas. Vas de un lado a otro para buscar las sillas, las mesas, los calderos, el cava, el vino, el cotillón, la vestimenta de gala, los petardos. Sin olvidar por supuesto las uvas, ya enfriándose en la nevera. Engalanas el salón de rosado y blanco. Preparas tus ritos de la suerte, el dinero y el amor. Multitud de elementos necesarios para dar la bienvenida con todos los honores al año nuevo.
Maximizas tu motivación mientras te replanteas tantas ilusiones, propósitos, sueños y retos que quedarán ahora a medias por cumplir. Un año nuevo que se presenta con expectativas. En las manos de la sociedad está conseguir engendrar un mundo más humano, sensible, sincero, generoso, desprendido, afable y honesto. Deseosos de que suponga un crecimiento para la humanidad, que bien se podría transformar en una manera de vivir, y de mayor calidad de vida social. Erradicando así cualquier tipo de barbarie y de drama.
Acaba un año.
Siéntete inmensamente feliz en el transcurso de esta Nochevieja: canta, baila, cuenta chistes, lanza petardos, descorcha el cava, tira confetis, sopla con fuerzas el mata suegras.
Fin de Año en el que la suerte que atesoran las Doce uvas será el preludio para la vida de todos. Magnífico inicio del año 2016: felicidad, paz, esperanza, alegría, sueños, fuerza, fe, ilusión y emoción.
Me como las uvas, pensando por ti y por mí; deseando para ti y para mí.
¡Que mis confetis y mi cava, inunden vuestros teclados de color y de burbujas! ¡
¡Gracias por ofrecerme un sitio a vuestro lado, y siempre en vuestras vidas! ¡Gracias por ayudarme siempre a tumbar barreras! ¡Gracias, gracias!
Nos vemos en el Año Nuevo, justo cuando el 2.016 haya dado su primer golpe de campana.
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